Hace tiempo se viene hablando de la escasez de chips, en la cual las empresas automovilisticas y la nueva "industria verde" están presionando fuertemente. Detrás de todo ese discurso ecologico se implanta nuevamente una necesidad más de consumo, otra forma más de fomentar el recambio en equipos. Si, es cierto, los autos eléctricos no escupirán humo al apestado ambiente humano; en cambio cada vehículo requerirá de centenas de chips y kilogramos de litio en forma de baterías. Todo bajo el mismo paradigma de consumo masivo sin evaluar los costos medioambientales. El mundo gira en torno a las comunicaciones que se llevan a cabo bajo sistemas de cómputos de todo tipo. El sistema capitalista y de consumo masivo transformó esta tecnología que pasó de ser una herramienta de multiples propositos a un objeto más de consumo, atada a las condiciones que el sistema impone a los bienes y su forma de concebirlos. Si bien es cierto que el capitalismo propició la innovación en un montón de aspectos (tecnologías que surgen, arquitecturas, consolas, etc) no menos cierto es que propició la transformación de las computadoras en bienes de descarte que se recambian conforme avanza un mercado de software dominado por unos pocos; de más está decir que nada de esto se halla librado al azar. Un mundo donde el modelo de sistemas de cómputos y redes de datos gire en torno a estas nociones no es saludable. El minado de criptomonedas solamente apunta a agravar la situacion, pues naturaliza aun mas esta idea de descarte de cómputo. En esos casos es más evidente aun, ya que los equipos utilizados para minar terminan quemándose mas pronto que tarde debido al exceso constante al que se los somete. Si al menos esa capacidad de cómputo se utilizase para resolver problemas de la humanidad tendría un sentido hacerlo. Recuerdo hace unos 15 años cuando mi hermano mayor instalaba un programita que donaba parte de tu CPU y procesamiento a una investigación médica que requería gran capacidad de cómputo. No es el caso de las criptos y su minado. No hay que irse al "extremo". Simplemente con pasearse por Internet alcanza con entenderlo todo. Los célulares y su ecosistema son un cáncer para el medioambiente; nada más contaminante y descartable que un smartphone. Todo esto es debido al modelo capitalista que opera en nuestras culturas. Es inmoral que cada uno tenga en sus bolsillos una computadora tan potente y a la vez tan desechable en términos netamente del mercado. Porque no dejan de ser equipos sumamente potentes. ¿Por qué los seguimos fabricando para tirarlos o cambiarlos? ¿Por qué se sigue defendiendo a capa y espada las bondades del mercado cuando ese mercado está proponiendo delibedaramente destruir nuestro ambiente? Todo esto es un despilfarro de recursos inconcecible en un contexto donde las potencias se precian de preocuparse por las emisiones de carbono pero bajo ningún punto de vista se pone en cuestión la cantidad insana de dispositivos de cómputo fabricados. Fabricamos computadoras como fabricabamos plástico o autos en los primeros años de la posguerra... al menos de los plásticos ya hay una consciencia al respecto. Recién ahora nos estamos fumando todas las porquerías que tiramos en los últimos 50 años. En unas décadas nomás estaremos sintiendo todas esas placas y monitores pudriendose en los suelos del mundo. Como simples habitantes de a pie, y más aún, como meros ciudadanos del tercer mundo, mucho no podemos hacer. Los grandes consumidores están en EEUU, China, Japón y Europa. Ahí se cocina la verdadera huella de carbono que a nosotros igual nos pega. A veces agradezco no haber nacido en esos lugares por el simple hecho de no estar tan expuesto al excesivo consumismo. A veces creo que por nacer en estas latitudes se te configura una relación distinta con los sistemas de cómputos a los que podés acceder. Eso te obliga a buscarle la vuelta, la sobrevida, el hackeo, la extensión de la vida útil y el DIY. No se si es lo que está bien. Es lo que aprendí y con lo que me crié. Apuesto a que haya cada vez menos computadoras y que reconstruyamos nuestra relación con los sistemas de cómputos. Si nosotros como seres humanos queremos estar por fuera de las lógicas capitalistas que corrompen las relaciones entre los seres, porque los transforman en objetos, podemos hacer lo mismo con nuestras computadoras. Por supuesto que son soluciones personales y que no vamos a cambiar absolutamente nada. Pero siempre mejor que decir es hacer. Además y, por sobre todas las cosas, no podemos seguir permitiendo el desastre global que está sucediendo. Si hace años que el problema era el plástico y el pétroleo, ahora son las computadoras. Debemos hacer lo posible para sacarlas de esa lógica de bien de consumo descartable, aunque eso signifique refundar Internet y las comunicaciones. ¿Es posible? No lo se. Pero algo hay que hacer.